En Barcelona diving estamos muy interesados por la ecología marina. Aquí os pasamos un artículo de una de nuestras instructoras:
No deja de resultar irónico que en estos tiempos de integrismo ecológico, en que se nos insta a salvar el planeta del cambio climático, el tiburón se haya convertido en la víctima indirecta de la pandemia.
El escualeno una sustancia obtenida a partir del aceite del hígado de tiburón, es un componente que se usa como coadyuvante para reforzar la respuesta inmune en la fabricación de las vacunas para el Covid-19, como ocurre con la vacuna de la gripe que contiene10ml/gr por dosis.
Si tenemos en cuenta que se pretende vacunar a toda la población mundial, se requerirán toneladas de escualeno, lo que implicaría la muerte de entre 2.500 y 3.000 tiburones por tonelada.
Hasta ahora la mayor amenaza para los tiburones era la pesca comercial excesiva para el consumo de su carne, aletas y cartílagos. Las aletas de tiburón son especialmente utilizadas por la medicina tradicional china y para la elaboración de la sopa de aleta de tiburón, que se considera un manjar en Asia. Se estima que el shark finning (práctica donde se cortan las aletas) mata a más de 100 millones de tiburones cada año en todo el mundo. Por ejemplo a día de hoy es imposible ver un tiburón durante un buceo en Barcelona o un buceo en la Costa Brava, han sido totalmente aniquilados por la pesca profesional.
Esto ha hecho saltar las alarmas en las organizaciones conservacionistas que piden alternativas para frenar esta matanza. De hecho esta sustancia se puede obtener a partir de plantas y bacterias con exactamente los mismos resultados, pero es más barata la obtenida a través del tiburón.
Si esto no se detiene vamos a extinguir a una especie que lleva viviendo más de 400 millones de años y que ha sobrevivido a 4 extinciones masivas. Como grandes depredadores los tiburones se encuentran en la cima de la cadena trófica y como tales juegan un papel fundamental para regular y mantener el equilibrio de los océanos. En tan solo una generación su población ha disminuido hasta un 90%, lo que afecta irreparablemente al ecosistema marino.